lunes, julio 20, 2009

colombia es pasión


Dicen que te trajeron hace muchísimos años para satisfacer las excentricidades de un señor llamado Pablo Escobar. Cuentan que por esa época-finales de los setenta, inicios de los ochenta- se consolidó el fenómeno del narcotráfico y nuestro país se llenó de aquel dinero producto del negocio ilícito de drogas. En fin. Lo único cierto es que llegaste de África directico a una Hacienda de nombre Nápoles, ubicada en el Departamento de Antioquia, en la que Pablo Escobar hizo un zoológico con especies exóticas de todo el mundo; entre ellas tú mi querido hipopótamo. No sé cuál es el trámite para que autoricen el comercio de esa clase de animales, tampoco los requisitos de entrada a nuestro país. Supongo que la plata manda y, por supuesto, aquel que la tenga hace lo que le dé la gana. Recuerdo que la Hacienda Nápoles se volvió muy famosa. Tanto que en ella se filmaron varios comerciales de diferentes productos. Y cuando los veía siempre pensé que esos paisajes eran de otros lados; no de Colombia. Lo dicho: la platica lo puede todo.


El esplendor de la hacienda se mantuvo hasta el asesinato de Pablo Escobar en diciembre de 1993. Esa tarde un grupo élite, conformado por ejército, policía, DAS (Departamento administrativo de seguridad) y, además, asesorado en la sombra por gringos de la CIA y gente del Cartel de Cali (igual de mafiosos pero queridísimos, menos perseguidos y más aceptados por la sociedad) dieron muerte al capo en el tejado de una casa en Medellín. Mientras tanto tú, inocente del futuro que te esperaba, te dedicabas a recorrer, en compañía de tu hembra, el enorme pedazo de tierra que te habían destinado.


Las propiedades de Escobar pasaron a manos del Estado. Pobre de ti, amigo mío, y de tus 1500 compañeros. La negligencia es una de nuestras principales características. Por eso a la Hacienda se la tragó la maleza- inclusive la selva- y nadie fue capaz de diseñar una estrategia para atender y alimentar a tantos animales. Entonces hambriento te largaste con tu hembra hace dos años siguiendo la ribera del río Magdalena. Y, en ese instante, empezaron tus problemas.


En este despelote- mal llamado país- hay muchísima ignorancia. No quiero generalizar. Al fin y al cabo entendería el miedo y la sorpresa de quienes se encontraban contigo. Imagino que asustarías niños con tu presencia o, de pronto, atacarías animales. Es posible que hasta te hubieras defendido de las agresiones. Pero eso no es suficiente para que te consideraran un peligro ambulante y, fuera de eso, transmisor de quién sabe cuantas enfermedades. Lástima que no hayas podido disfrutar del encanto de esa región, inspiradora de compositores poetas y novelistas. Lejos de tu lugar de origen, abandonado a tu suerte, te condenaron. Resultó más fácil pegarte cuatro balazos que buscar la manera de atraparte y llevarte a un lugar adecuado.


Pepe te llamaban cariñosamente los campesinos de esa zona. Y PEPES era una sigla que significaba PERSEGUIDOS POR PABLO ESCOBAR. Eso quiere decir que, al igual que al jefe mafioso, te persiguieron hasta acabar con tu vida. Debes sentirte orgulloso. Te dieron de baja dos expertos de la Federación colombiana de tiro y caza deportiva (Fedetiro) apoyados por una tropa del batallón Calibio del glorioso ejército Nacional. No descarto el sobrevuelo del avión fantasma encargado de detectar la presencia del enemigo y establecer las coordenadas. Tampoco la reunión de emergencia en el Palacio de Nariño en la que, Presidente y ministros, se enteraban de los pormenores del operativo. Es que al Jefe del Estado le fascina estar al mando de todo (así sea a control remoto).


Luego de tu muerte se armó un alboroto muy al estilo “Locombiano”. Las voces de protesta no se hicieron esperar. Y lo que se mostró como una sabia decisión de las autoridades ambientales del país, se transformó en un acto de crueldad y salvajismo (también muy del estilo “Locombiano”). Por ahí supe que los “Caza recompensas” andan tras la pista de tu hembra (Matilda) y de tu hijo (Hipo). Y eso que el Ministerio del Medio Ambiente suspendió la orden de aniquilarlos.


No te preocupes Pepe. En poco tiempo ya nos olvidaremos de ti. Te aseguro que mañana sucederá algo que distraiga a la opinión pública. Por ejemplo que un guerrillero arrepentido llegue ante la fiscalía de un municipio con la mano de su exjefe metida en una bolsa. Es que se necesita esa prueba para demostrar que lo mató y así poder cobrar la justa recompensa.


De una u otra manera pienso que hay muchos hipopótamos (HP) en Colombia. Un número cada vez mayor de HP a los que atacan por pensar o ser diferentes:


Son HP los desplazados, los indigentes, los gay, las prostitutas, los pobres (más del sesenta por ciento de los colombianos),los indígenas,los negros, los sindicalistas, los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, los desaparecidos, los jóvenes muertos por “falsos positivos”, los opositores al actual gobierno, entre otros...


Existe, sin embargo, un grupo distinto de HP que, aunque menor en cantidad, es muy poderoso a la hora de exacerbar el ánimo de los compatriotas. Por algo "Colombia es pasión” fue escogido como eslogan para vender la imagen del país en el exterior. Precisamente a ese grupo pertenecen los auténticos y verdaderos HP:esos Hijos de Puta que autorizaron tu muerte y los que, posteriormente, la ejecutaron.




5 comentarios:

Borrasca dijo...

ESTREMECEDOR!!!!!
Nuestra realidad cruda y dura, pero así es...

Un fuerte abrazo y mi cariño por siempre.

PD: Feliz día de nuestro grito de independencia, aunque yo todavía no le he pegado jajajajaja

María Marta Bruno dijo...

Ay...

Ay de ayes...

Puedo entender -jamás justificar- las resultas de los enconos humanos. Al fin y al cabo, todos sabemos que somos el único animal que mata por otras cosas además de por necesidad de comer.

Pero matar a Pepe? Ojalá Matilda y su niño puedan seguir ocultos por la naturaleza en tu Locombia, ya que no en su Africa natal.

Bello relato, mago... y agradezco a mi conexión que no abrió la foto... no quería verla otra vez.

Un beso

Armida Leticia dijo...

Querido mago de mi corazón,¡qué tristeza que pasen esas cosas en nuestra América Latina!, en México estamos pasándola muy mal, muy mal...Pero a pesar de todo, Colombia y México, son una "chulada de naciones", por sus habitantes honestos y trabajadores, que afortunadamente son la mayoría.

Desde México con amor, un abrazo.

Ruth L. Acosta dijo...

Mi queridísimo Carlos Eduardo...

Puedo sentir tu indignación... y la comparto... tengo la esperanza de que todos obtendremos nuestro merecido...

Estoy de vuelta amigo, de regreso a la realidad, a esta absurda realidad...

Te extrañé... te dejo un beso desde México.

Nerina Thomas dijo...

Comparto tu bronc amigo. Te abrazo con toda mi fuerza!!besos