sábado, abril 18, 2009

¿Dimas o Gestas?


El últimos bus pasó casi vacío. Sólo se veían las cabezas del conductor y de dos pasajeros. El comercio prácticamente había cerrado y en las aceras algunos vendedores de incienso, cruces y escapularios hacían lo posible por encontrar compradores en la soledad del jueves santo. Era cuestión entonces de cambiar de lugar e irse con sus mercancías cerca de las iglesias; en ellas cientos de fieles comenzaban a llegar para cumplir su deber de católicos ejemplares.


“Bueno ya conseguí tres mil luquitas”, dijo un joven moreno, de mediana estatura, chaqueta desteñida de jean, pantalones negros y tenis de moda. Cerró el pequeño cuaderno cuadriculado, se puso el esfero en la oreja y se sentó a mi lado, en el murito de la ventana principal de la droguería.


“Ahora me voy al cuarto, duermo de aquí a las seis y a la calle otra vez”.


Y después de hablar me pidió con qué prender un cigarrillo. Le pasé mi caja de fósforos.



“¿Qué día tan duro no? ¿Cómo le fue?”, me preguntó echándome el humo en la cara.


Apoyé la guitarra en la pared, revisé mis bolsillos, saqué las monedas, las conté y luego miré la cartera: tres billetes. Conclusión: quince mil pesos antes de las tres de la tarde un día festivo.


“Nada mal” respondí.


Conozco a la mayoría de trabajadores informales de esa esquina y hablo frecuentemente con los calibradores; pero a este no lo había visto jamás.


“Lástima que esté tan sola la calle; si no ya le hubiera hecho la vuelta al tipo del celular” y soltó una risita burlona.


A unos pasos de nosotros, evidentemente, un hombre hablaba por un celular de los llamados de “última generación”. Tan pronto cambió el semáforo atravesó la avenida y siguió de largo.


“Hay varias formas”, continuó. “Por ejemplo me le acerco despacio y le digo que me regale para completar el pasaje del bus; mientras me mira desconfiado de una cojo el celular y antes de que reaccione ya estoy en la otra cuadra. O si no la que más me gusta: meto la mano en la chaqueta, me le pego por la espalda, hago bulto con los dedos y le digo: bájese ya de esa mierda. Ahí sí hago cara de hampón”.


Ambos nos reímos. Mi amigo ocasional no perdía la oportunidad de contarme sus habilidades.


“Me le mido a todo hermano, no le tengo miedo a nada. Me han encanado muchas veces y a los pocos días otra vez en la calle”. Parecía orgulloso. Después añadió: “Cuando quiera le muestro a los otros ladrones de esta cuadra”.


“Por supuesto que me gustaría hermano” contesté y no me aguanté las ganas de preguntarle:


“Compa ¿usted mete algo antes de robar?” y de inmediato dijo:


“Vea. Lo único que me tomo es un buen chamberlazo” respondió; y al ver que no entendí agregó:


“Alcohol etílico con agua, un trago doble de esa vaina es como si me jartara un cuarto de aguardiente; me deja listo p´las que sea… Droga nunca si voy a robar”


“Bueno aquí no se vendió más” y me pegó un puño suave en el brazo como despedida.


Tenía razón; en realidad parecíamos dos espejismos de un pueblo fantasma. Ni siquiera podíamos reflejarnos en los vidrios de los negocios, tapados por las gruesas persianas metálicas que se bajan a manera de protección.


“Ahora sí a descansar… Hay que aprovechar la visita de monumentos esta noche… aunque no propiamente para rezar” y tras una carcajada se fue calle abajo.

20 comentarios:

Ruth L. Acosta dijo...

Querido Carlos Eduardo...

Vaya relato... toda una experiencia... es curioso darnos cuenta que esas personas que andan por las calles, como ese tu "nuevo amigo" puedan ser tan egoistas... supongo que la vida los ha llevado a eso, es triste, la verdad. Admiro tu capacidad de hacer de un día sencillo, por medio de tus relatos, una agradable experiencia... ese es un don, te felicito...

Ah! Se me olvidaba, pásate por favor por mi blog, te tengo un regalito con mucho cariño...

IndeLeble dijo...

Pasaba a saludarte , te dejo un abrazo !

mj dijo...

Buena historia mi Mago, es lo que tiene la calle verdad? Cada día tiene que ser una experiencia de vida lo que recibes en ella...
Un abrazo enorme mi amigo y espero que todo vaya bien y que tu hada no te falte...
mj

Armida Leticia dijo...

Maguito lindo, a mi no me simpatizan los ladrones ni se me hacen graciosas sus aventuras, yo he sido asaltada con pistola en mano, el susto me duró varios meses...

Saludos y un abrazo desde México.

Alicia Abatilli dijo...

Un relato que duele, la calle solitaria acerca de alguna manera.
Carlos, a seguir luchando.
Te dejo un abrazo gigante.
Alicia

Alma Mia dijo...

Buen relato de la vida diaria mi niño, buen relato. Aunque igual a Armida, a mí no me gustan los ladrones, ninguno, ni esos, ni los de "cuello blanco".

Te abrazo grande!

Pedro Estudillo dijo...

El mundo de la calle es así, injusto, cruel... pero también humano. Y tú lo sabes reflejar como todo un maestro.

Un abrazo.

josé lopez romero dijo...

Luego de entrar a tu casa seguro me retiraré con algo más en mi. Tienes esa virtud que acerca historias cotidianas en las que es posible encontrar partecitas de uno o de alguien, me parece andar tus calles, casi a tu lado, siguiendote unos pasos atrás.

María Marta Bruno dijo...

Qué relato! La verdad es que convivimos con los "amigos de lo ajeno", cotidianamente.

Uno como el que describes es casi un personaje, a mí me aterrorizan los de guante blanco.

Los que te roban con su mejor sonrisa en la TV, con oficinas muy lujosas, y que te despojan hasta de tu humanidad.

Tu ladrón, al menos, conservaba su condición humana. Triste su elección, probablemente fomentada por los otros, los ladrones finos.

En fin... hay de todo en el valle... y en el páramo también.

Un beso

Runas dijo...

Yo siempre he dicho que hay que escuchar a todo el mundo , vengan de donde vengan y tú eso lo haces que ni pintado, la gente confia en tí y se nota por los relatos que nos haces. Un beso

sky walkyria dijo...

cada uno llevamos un universo entero completito
un abrazo de esos que te gustan

Pipina dijo...

Qué historia mago!!! y pensar que es cosa cotidiana, sólo hay que prestar atención.Me uno a los que más temen es a los de guante blanco(aunque los otros tambien) "hay de todo en la viña del Señor"solía decir mi abuela cuando era niña!!!Besos de maga y abrazo de osa.Pilar

mercedes saenz dijo...

Querido mago: Es un texto bello y de una fuerza tremenda. Tantas cosas aparecen en ese jueves santo! La calle asoma en varias formas, el ir y venir del razonamiento de su protagonista. Tanto da para pensar pues está muy bien contado. Abrazo para vos, querido mago. Mercedes Sáenz

Roxanne dijo...

Me suena familiar... demasiado... A mí me pasa igual, de alguna manera me termino encariñando con esos personajes (claro que los míos no están afuera...), lo cual resulta bastante inconveniente dada la elección de mi futura profesión...

También prefiero a mis muchachos y sus historias que las de los chorros de guantes blancos (y no tan blancos), o la de las "fuerzas de seguridad". Acá en mi ciudad-pueblito, por lo menos, si voy por la calle y de una vereda va un ladrón y de la otra un policía, prefiero ir por la del ladrón...

Un besito y un guiño... y... espero que vaya todo bien...

Roxanne

Unknown dijo...

“…Tenía razón; en realidad parecíamos dos espejismos de un pueblo fantasma…” Y parecían dos espejismos, como todos los demás, viviendo en una realidad de prestados, o de prepo (por la fuerza) de nuestras acciones diarias. Lamento su elección, pero la calle es eso, es pelear el mango (dinero) en cada esquina, unos dando, otros regalando, otros vendiendo y otros arrebatando (robando) la calle va mostrando el verdadero rostro de nuestro presente, lejos de todo, hasta de uno, todos crucificados y manoseados.

Los que estamos sabemos lo que sucede, ¿Quién este libre de pecado que tire la primer piedra? Que le podemos decir al ladrón, ¿Qué no robe? Si todos roban de alguna manera, no pagando impuesto, o mintiendo sobre los bienes que poseen para pagar menos impuestos, están los que remarcan los precios cuando pueden, para sacar algunos centavos más, aprovechando la escasez, el momento del año (por ejemplo, en Pascuas los huevos de chocolate o el pescado aumentan su valor) olvidándose del resto, están los otros, los que se la dan de buenos, de santos y son peores que los ladrones, esos que caminan por pasillos de grandes empresas, o de grandes instituciones, y roban a diestra y siniestra, ni hablemos de Uribe y los otros políticos que están en el gobierno, los que todos los días hacen obras con sobreprecios, no declaran partidas y se quedan siempre con el vuelto.

Por lo menos este ladrón no te miente, dice que es ladrón, profesión vieja si las hay, producto del sistema mediocre en que vivimos. No estoy a favor de los que roban, pero algunos tienen justificación y otros no la tienen de ninguna manera.

Ojala se arrepienta, ojala no lastime a nadie, tenemos que entender que dentro de un sistema que margina, que miente, que empuja a actuar incorrectamente no se puede esperar otra cosa.

Todos estamos crucificados, solo hace falta darse cuenta de quien tenemos al lado, de reconocer nuestros errores, de pedir perdón… quizás así ganemos algún cielo o por lo menos no nos sintamos tan sitiados y solos.

Como dice Roxanne, si veo un policía en una cuadra y en la otra un ladrón, prefiero ir por la del ladrón, en los dos casos se que voy a ser robado, mancillado, abusado, pero por lo menos el ladrón no se viste de otra cosa y te da menos impotencia el atraco.

“…Ni siquiera podíamos reflejarnos en los vidrios de los negocios, tapados por las gruesas persianas metálicas que se bajan a manera de protección…” Y ya no tenemos mucho lugar donde reflejarnos, de cualquier forma sabemos como somos y que pasa, solo hace falta ver como nos encerramos, pagamos vigilancia, nos hacemos los distraídos, y de alguna u otra manera robamos inconciente o concientemente.

Te dejo este fuerte abrazo fraterno y cariñoso. Gracias por estar siempre, por ser como sos.

HologramaBlanco

Khumeia dijo...

Entrañable tu relato con unas imágenes excelentes, maguito. Tus descripciones son casi fotográficas pero además están llenas de eso que te caracteriza: calidad de ser humano. Un hombre cálido y sensible, consciente de la realidad que vive.

¡Un besote! Me encantó. Gracias.

SANDRA DESDE FORMOSA dijo...

amigo !! ac ame vuelvo a pasar en el anterior te deje tambien mis saluditos


un bsos mago

te aprecio mucho

Mariel Ramírez Barrios dijo...

No puedo leerte sin una brumilla en los ojos
No sè
serà cansancio visual
Hasta el ambiente
de tu calle desierta
me pone un poco triste
te imagino cantando
ahora
y de verdad
me gustarìa abrazarte,nago.

➔ Sill Scaroni dijo...

Hola, paso para dejarte un premio que está esperandote en mi blog.
Un abrazo.
Sill

Camino del sur Pilar Obreque B dijo...

Hola!!! Caselo aca esty de vuelta tratando de ponerme al día con tus excelentes relatos.


Abrazos