sábado, abril 19, 2008


Y nada más



“Esta extraña tarde desde mi ventana,

trae la brisa vieja de por la mañana.

No hay nada aquí

solo unos días que se aprestan a pasar

Solo una tarde que se puede respirar

un diminuto instante inmenso en el vivir

después mirar la realidad

y nada más…

Ahora me parece que hubiera vivido

un caudal de siglos por viejos caminos.

No hay nada aquí

solo unos días que se aprestan a pasar

solo una tarde que se puede respirar

un diminuto instante inmenso en el vivir

después mirar la realidad

y nada más…”


Es una ventana sin marcos ni vidrios que se abrió una tarde de 1985. Apoyado en las alas de mis sueños empecé a divisar un camino que se detenía hacia el final del arco iris.

Tenía 16 años, mi adolescencia florecía en medio de las voces nocturnas que me invitaban a conocer la cara oculta de la luna. Fueron noches de bohemia, horas de un tiempo inexplicable, locura irreverente.

Once de la noche, sábado, febrero 9 de 2008.

Intercalo tinto y cigarrillo para disfrutar aún más de los recuerdos. Silencio en la ciudad de calles fantasmales; ni un ladrido se escucha, tampoco el lamento de los gatos.

El frío no se siente, parezco una sombra itinerante que se evapora por momentos; simplemente me acomodo en la intimidad de mis certezas y cedo a la magia tantas veces invocada.

¿Fantasía o realidad? Quizás las dos; aunque las maravillas del universo habitan en pequeñas cosas, escondidas para la mirada inexpresiva del que nada busca.

No tengo quien me lea las cartas, la palma de la mano o el pocillo del chocolate. Mi futuro es un carrusel de unicornios, mi pasado un esquina extraviada en la memoria, mi futuro una canción y mis palabras danzando en el papel.

Dos décadas después vuelvo a reír, a experimentar esa sensación de niñez, a sujetarme del lazo de las musas. Vuelvo a abrir la ventana sin vidrios, sin marcos y me apoyo en las alas de mis sueños.

Mañana partirás dejando pinceladas de ternura. Irás en compañía de tu princesa a recorrer los kilómetros que te llevarán al país de las ilusiones. Mientras tanto yo me reuniré con nuestro amigo común, el trovador de mundos imposibles, aquel duende milenario que late en el corazón de quienes lo admiramos; entonces le pediré que me regale un Rabo de Nube y luego subiré en él hasta la última estrella. Allí, acomodado en el destello más cálido, mi mano acariciará el viento para que su aliento arrastre mi amistad por siempre a tu camino.

6 comentarios:

Mujer en Constante Crecimiento dijo...

Hola Caselo muy bello lo que escribiste en tantos momentos de mi corta me he sentido igual... siempre queriendo soñar, siempre quierendo descubrir este universo tan lleno de milagros, de maravillas como aquellas personas que aun en la distancia se cruzan en mi camino dejandome un sin fin de palabras nuevas y tan conocidas a la vez, palabras en las que me reconozco, palabras que mantien mi Fe.
Gracias por recorrer este camino... gracias por tus palabras en las que me leo también.
Un saludo venezolano... Querido hermano colombiano.

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

Solo una tarde que se puede respirar
un diminuto instante inmenso en el vivir
después mirar la realidad
y nada más…

Vale por esos minutos de felicidad... y vale mucho!



Te dejé un mensaje...podrás leerlo?
:)

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

No...salió en cuadritos. Tenés una E y otro mas abajo, en mi blog.

Alma Mia dijo...

Lindo el tema de Silvio...
Lindo tus sentimientos, hermoso tú sentir...
Apoyarse en los Sueños, es lo que le da el sentido a nuestras vidas...
Un gran abrazo querido Amigo.

Nori.

Cecy dijo...

mago querido cuantos recuerdos me trae la letra de esa canción
besos

Borrasca dijo...

Caselo pues ya encontraste quien te lea las cartas, cuando quieras me lo pides y ya (leerte las cartas jajaja)

Y que buena memoria tienes, a mí hace rato me visita el primo alemán y no me acuerdo ni de lo de hace un minuto... ¿Qué blog es éste? ¿A quien le escribo????

Mentirassssss como olvidarte rolito querido; te dejo un besito borrascoso