Hay puertas que se cierran de un sólo golpe y quedan selladas por los eslabones del olvido.
Hay ventanas frágiles y desnudas, sin cortinas ni persianas, empañadas por el frío de la ausencia.
Hay jardines detenidos en otoños que despojan las semillas, resquebrajan los tallos, enredan las raíces, arrancan una a una las hojas del calendario.
Hay escaleras sin peldaños, caminos de herradura, zarzos en árboles invisibles, calles y avenidas que se pierden en laberintos de tristeza.
Más hay fachadas inocentes de barro, arena y ceniza,
mareas de charcos cotidianos,
un hilo que se filtra a través de las rendijas,
una mota de algodón.
un colchón de azúcar,
una cucharita de madera,
un café para tus mañanas.
Con este poema participo en el segundo Concurso de Poesía de Heptagrama
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