domingo, marzo 28, 2010

Senderos de ausencia

Las palabras quedan aquí, visibles en la inmensidad del espacio, detenidas en el aire que se fractura al oprimir cada tecla. Ni siquiera una postal, una carta, menos las frases cortas y directas de un simple telegrama.

Las voces también se diluyeron. Los teléfonos dejaron de sonar, tampoco se escuchan los ecos de las tardes de lluvia. Y la ciudad, aquella sinfonía de noches en reposo, cafés sin prisa, aromas cotidianos, ahora vigila respetuosa los tiempos del silencio.

Las canciones enfrentan el vacío de una sala con rostros hundidos en el anonimato. Justo al lado está mi ventana. Bastaría un golpecito y se abriría de par en par. Antes hay un zaguán, quizás un pasillo de sueños. En él tengo un perchero donde cuelgo todas las noches mi barba plateada y mi gorrito azul.

Nos acercó la frontera que nos separaba del otro lado de la realidad.
A la misma hora, en nuestro escenario sin telones de fondo, con la única certeza de haber traspasado los límites de lo etéreo, nos encontramos un día frente a frente. Luego los adioses a plazos, pactados o no pactados, se encargaron de desviar las miradas y las risas.

¿Cuál será tu calle? Es difícil predecirlo. Aunque Bogotá se torne inabordable, recuerdo que una vez confabuló en los caminos de adoquines. La madrugada es un puente de niebla. Tal vez lo debamos atravesar, pero sin dejarnos arrastrar jamás hacia la orilla de la frialdad y el olvido...

3 comentarios:

Roxanne dijo...

"Luego los adioses a plazos, pactados o no pactados, se encargaron de desviar las miradas y las risas"... me gustó esa frase, me trajo algo de melancolía... miradas y risas, hace un tiempo compartí algo así; pero a veces el tiempo, los miedos, el exceso de desilusión acumulada te juega en contra. Espero que no sea lo que te esté pasando y que lo tuyo tenga final feliz :)...

Un gran abrazo maguito... un placer haber vuelto... espero poder encontrarte para conversar...

Roxxi

Anónimo dijo...

Hay nostalgia, separación y recuerdo en estas letras; deseo de cercanía también.
Buena lectura. Te felicito.

Un placer leerte.

Nerina Thomas dijo...

Duele...como duele el dolor.
Pero todo pasa, lo sabemos y siempre se vuelve a comenzar.
El amor cura.
besos