domingo, mayo 03, 2009

Siete vidas en cualquier esquina

Mis queridos cómplices de la sensibilidad: Mientras soluciono algunos inconvenientes estaré un poco ausente. Voy a extrañarlos muchísimo, espero regresar más temprano que tarde para visitarlos y dedicarles el tiempo que cada uno se merece. Entre tanto seguiré soñando (pero con los pies en la tierra) y buscándole atajos a la realidad. Por ahora les dejo otra de esas historias urbanas que me contó una de las voces de la calle. Un abrazo.

Caselo




Ese jueves se le hizo más tarde de lo normal. Generalmente se bajaba del último bus a las nueve de la noche y de ahí cogía para la casa. Esta vez, sin embargo, le dieron las once y, fuera de eso, se demoró conversando con otros colegas en la tienda de doña Margot.

Se despidió. Subió la cremallera de su chaqueta hasta el cuello, la dobló, se puso un gorrito de lana, unos guantes, prendió un cigarrillo y salió.

Mientras caminaba sonreía al acordarse de la carreta que echaba en los buses después de sacar de un pequeño morral de cuero dos pinceles y una figura a medio terminar:

“Bien damas y caballeros, como pueden darse cuenta todavía me falta para acabar de pintarla; pero esta mañana la policía me decomisó los materiales. Ya no dejan trabajar. Vean si ustedes me ayudan puedo terminarla y después venderla…”

Muchos corazones se doblegaban ante su drama y, de moneda en moneda, conseguía lo necesario para el desayuno, el almuerzo y la comida. ¿Y los materiales? Mentira piadosa de la que se valía Fernando en su jornada de rebuscador.

Atravesó la avenida. En la acera de enfrente un indigente le dijo: “Llave deme la liguita”. Lo saludó y le entregó quinientos pesos que el hombre agarró sin mirar. Más adelante un tipo pequeño- y con cara de pocos amigos- le pidió: “Déjeme matar la pavita”. Le alcanzó el pucho del cigarrillo que le quedaba y siguió de largo. En otra cuadra se tropezó con un borracho que llevaba una caja de aguardiente: “hijueputa venga le doy en la jeta…”, gritó. Fernando no hizo caso y continuó su camino. Llegó a la esquina. Paró. Prendió otro cigarrillo y, de pronto, se fijó en una cosa que le llamó la atención. Al lado de un poste una bolsa negra parecía moverse. El camión de la basura pasaba antes de las diez los jueves, por eso el talego de plástico- muy bien amarrado- se encontraba solitario en medio de la calle. La luz del poste permitía ver que, evidentemente, algo se movía en su interior. La neblina se apoderaba poco a poco de ese sector de la ciudad y el cielo comenzaba a encapotarse, señal que coincidía con los pronósticos de lluvia por esa época del año. Ineguro se acercó muy despaci. Un sonido similar a un quejido lo sorprendió. Se detuvo de nuevo. Entre bocanada y bocanada de cigarrillo se cercioró de que nadie estuviera por ahí: no quería ser motivo de burla si se asustaba demasiado con lo que hallaría en la bolsa. Finalmente no aguantó la curiosidad y sin darle más vueltas al asunto la desamarró…

“¡Son unas mierdas!” gritó Fernando con rabia y tristeza.

El viernes se le hizo más tarde de lo normal, sólo que esta vez no fue debido al rebusque; tampoco porque hubiera hecho la escala de la noche anterior en la tienda de doña Margot. Ahora venía con una sonrisa de oreja a oreja. Durante el día se subió al transporte público con una caja y contó una historia que conmovió a más de uno. Cuatro gatos fueron adoptados por igual número de pasajeros y el quinto (el que cargaba en ese momento) pasaría a manos del hijo de Fernando quien, además, pudo comprobar que no todos los bogotanos son una mierda...



12 comentarios:

Anónimo dijo...

Si todos los bogotanos son como tu, querido mago, creo que ya sé dónde se encuentran los ángeles.

Suerte (con lo que tengas que solucionar)!!! Te esperaré, como siempre.

Un besito

Alicia Abatilli dijo...

Esta vida que pasa sin pasar, a veces nos trae esas despedidas temporales, pero siempre hay regreso, siempre.
Suerte en todo, Carlos.
Alicia

Runas dijo...

Una historia enternecedora y llena de sensibilidad. Espero tu regreso mas pronto que tarde. Un beso

Roxanne dijo...

Ya te estoy extrañando... En realidad hace días que lo hago :), tenemos una muy larga charla pendiente, pero sabré esperar...

Espero que este tiempo se convierta en algo muy bueno, como te merecés...

Un besito de niña de Ahoraysiempre...

Roxanne

Pd: No todos los bogotanos son una mierda, yo conozco uno que es adorable... No toda la gente es una mierda, aunque a veces se equivoque mucho... Ojalá algún día la gente se de cuenta de eso...

María Marta Bruno dijo...

Ay, tengo una docena de gatitos por regalar.
¿Mi Mago no conoce algún bogotano que los quiera?

Hermoso relato!

Ya lo estoy extrañando.

¿Mate-café?

Un besísimo

Armida Leticia dijo...

¡Suerte en todo lo que emprendas, en tooodo! Porque se que es algo bueno.

Un abrazo y un beso con cubrebocas por supuesto, porque te lo envío desde México...por aquello
de la influenza.

Ruth L. Acosta dijo...

Mi querido Carlos Eduardo...

Espero que ese tiempo que necesitas retirarte un poco, sea por causa de algo muy bueno en tu vida, que no sea por razones malas ni problema alguno. Ya te extraño, espero que no tardes mucho y arregles pronto tus compromisos para que nos sigas deleitando con tu presencia y tus escritos...

Vaya, pero que susto me pegué cuando abrió esa bolsa tu amigo Fernando, por un momento pensé que se trataba de un bebé... que bueno que esos gatitos encontraron un lugar donde les dieran cariño.

Te mando un fuerte abrazo y un beso con mucho cariño, y estaré pendiente de que regreses pronto. Que Dios te bendiga, cuídate mucho querido amigo.

Lunska Nicori:BegoñaGTreviño dijo...

Qué bonita historia, y qué desarrollo tan bien hecho. Sí, efectivamente, nos encontramos de todo en esta vida. Suerte que sea tan diversa, si no, al menos yo, andaría todo el día deprimida.
Espero pronto tu regreso.
LLévate mi abrazo para el camino.

Níyume dijo...

Querido Mago, me encvanta esta historia , mejor dicho todas las tuyas.
Un abrazo y regresa pronto

mj dijo...

Una parte de mi te acompaña querido mago. Sé que pronto estarás con todos nosotros, más fuerte y más sabío de lo que eres.
Un abrazo enorme para tu corazón de oro
mj

Sandra Figueroa dijo...

Aqui estoy, con mis saludos y besos, suerte, cuidate.

Camino del sur Pilar Obreque B dijo...

Regresa pronto mago tus palabras y gentiles visitas se extrañan, que sea muy frutífera tu ausencia.

Abrazos